El diagnóstico veterinario si estamos delante de un problema físico, un proceso o patología, el fisioterápico si hablamos de disfunciones físicas y las pautas de educación canina que ayudan a revisar, modificar o cambiar la actitud o respuesta física( basada en un sistema de creencias erróneo que pudo causar mala conducta o actitudes defensivas excesivas o sin sentido aparente para los humanos) serían junto a las Esencias Florales las medidas con las que podemos abordar el tratamiento de manera holística e integral.

Las Flores de Bach en un animal con una conducta agresiva buscarían gestionar su desconfianza, celos, la baja tolerancia hacia todo aquel que entra “en su territorio”, su posesividad, o su descontrol emocional frente al estímulo externo que le provoca la conducta agresiva. El preparado floral según estas consideraciones podría ser  Chicory, Holly, Vine, y Beech, elegidas en función de sus síntomas. Hay que averiguar también si se cubren sus necesidades básicas (salidas, juegos, tiempo que le dedicamos,…), el tipo de vínculo con el propietario, su condición de raza y la morfología, ya que un problema en este nivel podria estar dando problemas de conducta. Por lo que en nuestra sociedad es muy necesario contar con educadores y etólogos caninos que eduquen a los animales y a los dueños com parte de una sociedad.